Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios fisiológicos que requieren un mayor aporte de nutrientes esenciales. La ingesta adecuada de vitaminas, minerales y macronutrientes no solo ayuda en el desarrollo del feto, sino que también reduce el riesgo de complicaciones como la anemia, la preeclampsia y el bajo peso al nacer.